A
ti
llego, de ti espero el reposo
que
preciso, te suplico acogida,
junto
al fuego que atiza amanecida.
Tus
nombres generan día aliñoso.
Tu
atavismo más o menos tedioso,
por
tu ser en la historia acaecida,
eres
banca, banco y como bancada,
has
dado cobijo para el descanso.
Tu
nombre ha sido maltratado, más
no
por ello, has cambiado tu denominación,
el
cual ha servido para la estafa,
por
actos de los malhechores de cuello blanco.
Banco,
lugar de reposo en tiempo y espacio;
tu
nombre ha servido para que los ladrones
se
escondan tras las cortinas públicas y privadas.
Tu
razón social se ha desfigurado,
ya
no eres lugar de descanso, guardia y custodia;
ahora
eres espacio de gañanes en rapiña.
Banca,
ayer eras lugar de seguridad y descanso,
hoy
tu nombre ha sido prostituido,
has
pasado a que se te identifique,
tanto
en el tiempo como en el espacio,
como
un elemento del crimen organizado,
con
permanentes deslealtades.
Te
has convertido en inmutable podredumbre,
con
tu pestilente acción, han inundado
todo
cuanto a tu alcance está.
Así,
hasta los gobiernos han caído en tus redes,
con
tus tentáculos has podrido todo,
tal
que la honestidad, ha pasado a ser
lo
más pinturesco de tu nombre.
Banca,
contigo dormí,
sobre
ti descansé,
frente
al fuego, ratos pasé;
tu
hospitalidad, grata me fue.
Hoy
tu nombre sólo es referencia de maldad,
deslealtad
y vida de sonrojo criminal,
por
no pocos gañanes malhechores,
lo
que no es otra cosa que rapiña
desalmada
de cuello blanco.
©
Jcb