Se
conducen como “pollos sin cabeza”,
su
hipérbole es lo único brillante,
no
así el contenido de sus acciones,
sus
actos son vacuos de razonamientos,
carecen
de hilo conductor cierto,
no
aparece justificación alguna
que
acredite un destello de luz e imaginación,
lo
suyo es electroencefalograma plano,
son
ausentes de cualquier juicio de valor,
sus
palabras y sus actos carecen del mínimo
común,
como gran chusma, todo lo justifican,
cuando
en realidad lo único que se observa
es
el gran conjunto vacío que conforman
unos
y otras.
©
Jcb