No es necesario mostrar bellezas a los ciegos,
ni decir verdades a los sordos,
ni pedir a los mudos que nos lean unos versos,
ahora bien, tampoco hay que decepcionar
a quienes en nosotros confiaron.
Basta con no mentir al que te escucha,
ni traicionar a quienes en ti confian.
Las palabras conquistan temporalmente.
Ahora bien, son los hechos,
los que a todos nos llevan a ganar o perder la partida.
© Jcb