Mas no parece que hayan aprendido
la lección, hierran tanto de palabra,
como de obra, cambian la canción cimbra,
de su nicho hacen oración y cuido.
Obran en nombre de un mandante ya ido,
quien dijo ser hijo de padre, fibra
de razón, vida y bondad en la siembra,
reflexión sobre aquel hacer debido.
Todo gesto de cuanto es su hacer y saber
ser y estar, es conforme a su mandato,
franco en escrito dado por su “señor” “Dios”.
Por tal alegan su legítima
delegación, no así ese documento
fe del mandato y su justo salario.
© Jcb.