Sabemos
que es injusto generalizar, pero hemos de reconocer, que la atonía
del pueblo español, en su conjunto, su inmoralidad, carencia de
ética y civismo ciudadano, está perfectamente justificada y
enraizada en aquello de: “que inventen ellos”. La ausencia de
compromiso personal y grupal, ha dado lugar a un español, cuya
postración, parece que es perpetua, inclusive, ya casi en el primer
cuarto del siglo XXI.
Claro
que “de casta le viene al galgo”, los maestros y espejos que ha
tenido, por lo menos en los últimos diez siglos, es para ello.
Son
más de diez siglos los que España ha sido dominada por una
organización privada, que de lo público y lo privado, ha hecho sus
dominios, siendo sus basamentos los de una falacia permanente en su
decir y, en su hacer una felonía constante.
Por
decisión imperial, ex novo, se crea e impone a lo largo y ancho del
imperio, logrando al instante su reconocimiento público, con ello,
se constituye en organización dominante, se hace dueña y señora de
lo existente e inexistente, creando para sí, el título de poseedora
de la Verdad.
Respaldada
por la espada, se convierte en sectaria, represora y excluyente,
pasando a ser determinante, en la totalidad de la vida y hacienda de
las gentes.
Quita
y pone reyes, gobiernos y fronteras, fomenta guerras y
enfrentamientos de unas gentes contra otras gentes, crea tribunales
de orden público e impone su ley, a lo largo y ancho de todo
occidente.
Habla
de justicia y moral, siendo la organización privada más inmoral y
criminal de todo occidente. Se apropia de bienes y haciendas públicas
y privadas que jamás le han pertenecido.
Como
organización privada, ha puesto y quitado reyes y gobiernos, tal
cual desde su origen; en la España de 1936, se alió con la mentira
y la traición, alentando y participando en los vergonzosos hechos de
1936-1939, cuyas desvergüenzas ha alentando a lo largo de los años.
Otro tanto igual fue lo ocurrido en Chile en 1973. Donde hizo causa
común con los traidores, impulsando los crímenes de lesa patria y
lesa humanidad. Tampoco estuvo lejos del golpe militar en Argentina
de 1976, tanto igual en todas las asonadas de Iberoamérica, cuyos
resultados no debemos olvidar jamás. Siempre creando lesa humanidad.
Ha
hecho legislar y en ello sigue, conforme a sus particulares intereses
grupales. De principio a fin, es culpable de felonía y lesa
humanidad, en todo cuanto ha intervenido. No hay momento en el que no
haya interferido en la vida y hacienda de las gentes. Se ha
acreditado con arrogancia y absoluta inmoralidad, haciendo dejación
de su prédica, ha practicado, y en ello sigue, la falacia y la
felonía, tanto a nivel personal como grupal a lo largo de todo el
orbe.
La
refutación que hoy hacemos a dicha organización privada, trae causa
de su permanente inmoralidad, ya frente a las personas individuales,
como frente al pueblo español en su conjunto, de cuya culpabilidad
absoluta no caben eximentes. En modo alguno son admisibles pretextos
ni exculpaciones, sus permanentes escarnios, falacias, felonías y
criminales comportamientos, no le otorgan excusa alguna.
Pese
a que son más de diez siglos los que la aludida organización
privada lleva dominando la vida y hacienda de los españoles, es hora
de que las gentes tomen conciencia de lo que son y quieren ser.
El
pueblo español es mayor de edad, tiene capacidad de discernimiento,
sabe lo que es indecente y lo que es ético, es capaz de tomar
decisiones por sí sólo; por tal, la permanencia de dicha
organización privada, en la vida y hacienda de los españoles, es
cosa de los mismos españoles.
Hace
ya casi 230 años que la revolución francesa, puso a cada cual en su
sitio, es hora pues, que los españoles, noche y día, dejen de ser
mancillados con escarnio y alevosía.
©
Jcb