domingo, 2 de agosto de 2020

LA INMORALIDAD ESPAÑOLA





Sabemos que es injusto generalizar, pero hemos de reconocer, que la atonía del pueblo español, en su conjunto, su inmoralidad, carencia de ética y civismo ciudadano, está perfectamente justificada y enraizada en aquello de: “que inventen ellos”. La ausencia de compromiso personal y grupal, ha dado lugar a un español, cuya postración, parece que es perpetua, inclusive, ya casi en el primer cuarto del siglo XXI.

Claro que “de casta le viene al galgo”, los maestros y espejos que ha tenido, por lo menos en los últimos diez siglos, es para ello.

Son más de diez siglos los que España ha sido dominada por una organización privada, que de lo público y lo privado, ha hecho sus dominios, siendo sus basamentos los de una falacia permanente en su decir y, en su hacer una felonía constante.

Por decisión imperial, ex novo, se crea e impone a lo largo y ancho del imperio, logrando al instante su reconocimiento público, con ello, se constituye en organización dominante, se hace dueña y señora de lo existente e inexistente, creando para sí, el título de poseedora de la Verdad.

Respaldada por la espada, se convierte en sectaria, represora y excluyente, pasando a ser determinante, en la totalidad de la vida y hacienda de las gentes.

Quita y pone reyes, gobiernos y fronteras, fomenta guerras y enfrentamientos de unas gentes contra otras gentes, crea tribunales de orden público e impone su ley, a lo largo y ancho de todo occidente.

Habla de justicia y moral, siendo la organización privada más inmoral y criminal de todo occidente. Se apropia de bienes y haciendas públicas y privadas que jamás le han pertenecido.

Como organización privada, ha puesto y quitado reyes y gobiernos, tal cual desde su origen; en la España de 1936, se alió con la mentira y la traición, alentando y participando en los vergonzosos hechos de 1936-1939, cuyas desvergüenzas ha alentando a lo largo de los años. Otro tanto igual fue lo ocurrido en Chile en 1973. Donde hizo causa común con los traidores, impulsando los crímenes de lesa patria y lesa humanidad. Tampoco estuvo lejos del golpe militar en Argentina de 1976, tanto igual en todas las asonadas de Iberoamérica, cuyos resultados no debemos olvidar jamás. Siempre creando lesa humanidad.

Ha hecho legislar y en ello sigue, conforme a sus particulares intereses grupales. De principio a fin, es culpable de felonía y lesa humanidad, en todo cuanto ha intervenido. No hay momento en el que no haya interferido en la vida y hacienda de las gentes. Se ha acreditado con arrogancia y absoluta inmoralidad, haciendo dejación de su prédica, ha practicado, y en ello sigue, la falacia y la felonía, tanto a nivel personal como grupal a lo largo de todo el orbe.

La refutación que hoy hacemos a dicha organización privada, trae causa de su permanente inmoralidad, ya frente a las personas individuales, como frente al pueblo español en su conjunto, de cuya culpabilidad absoluta no caben eximentes. En modo alguno son admisibles pretextos ni exculpaciones, sus permanentes escarnios, falacias, felonías y criminales comportamientos, no le otorgan excusa alguna.

Pese a que son más de diez siglos los que la aludida organización privada lleva dominando la vida y hacienda de los españoles, es hora de que las gentes tomen conciencia de lo que son y quieren ser.

El pueblo español es mayor de edad, tiene capacidad de discernimiento, sabe lo que es indecente y lo que es ético, es capaz de tomar decisiones por sí sólo; por tal, la permanencia de dicha organización privada, en la vida y hacienda de los españoles, es cosa de los mismos españoles.

Hace ya casi 230 años que la revolución francesa, puso a cada cual en su sitio, es hora pues, que los españoles, noche y día, dejen de ser mancillados con escarnio y alevosía.

© Jcb

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