La
paciencia es la fortaleza del débil
y
la impaciencia, la debilidad del fuerte.
Immanuel
Kant.
Crimen
social, no es otra cosa que la violación de los derechos de las
personas, ya como individuos, ya como miembros de una colectividad.
El
crimen social, de común lo ejercen las personas físicas, las
instituciones públicas de una nación, también, sin duda, las
organizaciones internacionales públicas y las privadas. Todas son,
cualquiera que sea su tiempo y lugar, organizaciones agresoras, hay
gran suma de pruebas de agresión por aquellos que se arguyen el
derecho de ejercer la violencia sobre terceros. En muchos casos, los
agresores, son aquellos que piden el voto a los agredidos. Los que
incívicamente, una y otra vez vuelven, por medio de su voto, a
confiar en sus propios agresores.
La
violencia sobre las personas, ya sea desde las instituciones de la
nación, ya sea desde una organización privada, o desde las propias
personas físicas, no son otra cosa que actos de lesa humanidad.
Son
actos criminales, que en ningún caso tienen reparación, por mucho
que sean condenados los responsables y ejecutores de aquellos actos
violentos, tampoco son admisibles las disculpas, si ellas no van
acompañadas de las correspondientes reparaciones de los daños.
Por
ello, se hace necesario que cada cual, ocupe su tiempo y su espacio,
con absoluto respeto al otro, cualquiera que sea la ideología y su
actividad profesional. Lo que importa es la contribución, que todos
y cada uno hacemos a los individuos y a la colectividad, lo que es
una responsabilidad de todos. Hacer sociedad es un acto de civismo
individual y colectivo. Donde el respeto al otro, es el punto límite
de los derechos y obligaciones de unos y otros. Siendo los primeros
obligados a ello, los gobernantes.
Contrariamente
a lo que debe ser, las instituciones públicas son las más agresoras
con los ciudadanos, a los que deben servicios y atenciones, pues no
existen para otra cosa. La razón de ser y existir de los empleados
públicos, ya sean empleados temporales (políticos) o fijos
(funcionarios), es el servicio que deben, desde su empleo público, a
toda la ciudadanía.
Todo
lo que no sea así, es traición al deber de hacer y hacer bien, al
margen de que son actos de lesa humanidad.
©
Jcb
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