I
Sólo
desde la ética se puede hacer ciudadanía, todo lo que no sea así,
es villanía. Un ejemplo de lo abyecto de la gentes, es el hacer,
sentir y razonar de la gran mayoría de los electos, a los que por la
indecencia de la “dedocracia”, se suman a ellos los
designados, por tal hacer “digital”.
Así,
unos y otros, conforman la fauna más numerosa de pesebreros, rapiña
y sanguijuelas de erario público, que jamás haya conocido el suelo
español.
II
La
instrucción pública es de vital necesidad, las letras, la
filosofía, las matemáticas, la geometría, la física, la química,
la historia, las ciencias en su conjunto, así como todo el saber en
su conjunto, reunido que ha sido a lo largo de los siglos; junto a la
vitalidad y profesionalidad de los instructores; son las únicas
herramientas para crear ciudadanía cívica, donde la ética, sea la
única vía de su devenir colectivo.
©
Jcb
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