Cuando tomes a un Dios, observa que no sea celoso,
beligerante, vengativo o pendenciero.
Los dioses, cuales quiera que ellos sean,
no dejan de ser una absoluta creación humana;
por ello no tienen otra razón de ser que signos de:
verdad, paz, justicia, coherencia, bondad, armonía,
fraternidad, belleza, bonhomía, concertación, etc, etc, etc.
La humanidad no se sostiene sin dichos atributos,
los cuales son las basas de los firmes pilares de su existencia,
los que sólo puede darse desde una vida individual
y colectiva ética, sin achicamiento alguno. Así pues:
“La verdad te hará libre”.
© Jcb
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